sábado, 7 de febrero de 2015

Soy Albacea, ¿Y qué tengo que hacer?


El título parece extraño, pero no lo es.

Es la pregunta que me hizo un señor que me visitó recientemente. Su cara de sorpresa era mayuscula.

Un viejo amigo, según el, de la infancia, le había nombrado Albacea, y según me manifesto, "no se que otras cosas más."

Estaba angustiado, desconocía por completo que tenía que hacer, si es que realmente tenia algo que hacer.

La realidad es que los herederos de la persona fallecida se pusieron en contacto con mi cliente, habían leido el testamento y dado que el fallecido no tenia hijos, ni se caso, sus herederos eran personas sin vinculos familiares, personas que había conocido en una época determinada de su vida. Ese fue una de las razones por las que mi cliente aparecía en dicho testamento, en aquel tiempo tuvieron bastante relación, pero con el tiempo esta cesó, pero el fallecido no cambió su ultima voluntad, y por lo tanto quedó la manifestada tiempo atrás.

Esta cuestión, viene al caso, para recordar algo que aprendí de un buen Notario, un testamento debe adaptarse a las circunstancias personales siempre, si estas cambian de manera importante, recordemos que debemos cambiar nuestra ultima voluntad.

Regresando a "mi albacea", después de nuestra primera reunión, esta más tranquilo, esta desarrollando sus funciones propias del cargo, y por lo que me cuenta lo esta haciendo bien, al fin y al cabo su función es cumplir la ultima voluntad de "su amigo de la infancia."

Continuará....

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